miércoles, 29 de agosto de 2012

LA FIESTA DE LA TOMATINA...

En verano hay una fiesta típica en un pueblo de España llamada la fiesta de la tomatina. Gente del pueblo y turistas, atraídos por el evento, salen a la calle en espera de que lleguen unos camiones con una munición muy especial, para participar en un inofensivo juego de guerra, cuya finalidad es la diversión.

Comienza la fiesta con el lanzamiento de tomates desde los camiones hacia el público, y continúa con la gente, tomate en mano, unos contra otros.
En poco tiempo las casas del pueblo y las personas están bañadas de color rojo, ya que lancen o no lancen tomates, el que se acerca se mancha.

Todo comenzó hace muchos años cuando dos jóvenes tuvieron una discusión y comenzaron a pelearse a base de tomatazos y se ve que sería tan chistoso el resultado que aquello les ayudaría para bien, ya que de esto surgió esta fiesta tan alegre, que se ha convertido en una tradición en ese pueblo.

Cada año, cuando acaba la fiesta, hacen su trabajo los barrenderos y el que limpia con la manguera a presión. Pero la limpieza no sería suficiente, ni tan alegre la fiesta, si la gente no se lavara al acabar, pues en pocas horas en vez de ser una fiesta que deja un buen sabor de boca, más bien dejaría un mal olor en la nariz.

Lo que hace especialmente alegre esta fiesta es el acercamiento que producen los tomatazos entre las personas allí reunidas, porque para muchos el tomatazo se convierte en una tarjeta de presentación, que da lugar a nuevas amistades e incluso noviazgos, ya que el disparo al ser personal hace tomar conciencia individual unos con otros y es muy instructivo observar que el fundamento de todo ese AMOR adquirido, es el PERDÓN por el tomatazo recibido.

Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, PERDONÁNDOOS unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo…Y ANDAD EN AMOR…” (Ef. 4:32 y 5:2ª).